Paula, de todos los cubanos

Le cuesta aceptar el calificativo de mujer excepcional, y eso se debe en gran medida a sus raíces, en Candelaria, donde todo comenzó.

“Nidia Ríos, que hacía la propaganda del cigarro Visant, fue mi motor impulsor a la televisión después de conocernos en un espectáculo en Soroa. A los 20 años salí para La Habana a perseguir el sueño de ser modelo, porque en un pueblo del campo no sería fácil, pero en todo este tiempo se me ha hecho imposible olvidar quién soy y de dónde vengo.

“Después de la muerte de mi mamá disminuyeron las visitas. Si todavía tuviera una casita en ese lugar, iría varias veces a la semana. Allí está mi vida”.

Paula y sus personajes nos han hecho reír en películas, series, telenovelas… ¿Se considera “cómica”?
“No. Siempre digo que el humor hay que hacerlo muy en serio, y eso no significa dejar el tono de comedia. Yo actúo, pero lo esencial, lo que provoca la risa en cualquiera de esas propuestas, es un guion excelente.

“Me encantaba trabajar con Héctor Quintero. No fueron pocos sus proyectos en los que pude participar. Cada guion era algo grande. Él también era un grande de este país; no obstante, yo no fui más que un personaje”.

La vemos por estos días en la telenovela Vuelve a mirar. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
“Estupenda. Desde el casting, Fiallo me dio el personaje de Nora. Al principio tuve miedo: hacía mucho no rodaba telenovelas, y me cuestionaba si sería capaz de procesar y recordar los parlamentos del guion. Nora es un personaje largo y complicado.

“Hubo una persona que, mientras grababa la serie Promesas junto a Mario Limonta, nos recomendaba ir a descansar, pues la edad no era buena para trabajar. Yo solo respondí: ‘¡Ah, sí!’ Pero aquello se me quedó dando vueltas.

“Jamás he permitido derroteros en mi vida profesional. Agarré el guion de la novela y sin pensarlo asumí el personaje. Y es que nadie puede determinar nuestro trabajo. Grabé las escenas, y no tuve ni un problema de memoria pequeño durante el rodaje”.

¿Existe similitud alguna entre Paula y Nora?
“Quizás en su etapa juvenil: Candelaria no es el campo como el Escambray, pero sí era una muchacha de pueblo con poco nivel cultural. Nos parecemos en la fortaleza a la hora de enfrentarnos a los problemas, en saber cómo luchar, levantarnos y seguir adelante”.

¿Qué personaje le queda por interpretar?
“Algunos que ya no podría por la edad. La comedia musical es de mis preferidos. Nunca canté. No soy buena en eso; sin embargo, me hubiese encantado incursionar en este género. Tampoco hice nada de Shakespeare, y todos sabemos lo particular y reconocida que es su obra”.

Con tal versatilidad, Paula Alí graba actualmente la película Riquimbili, de Fernando Pérez y la novela Los hijos de Pandora, con Ernesto Fiallo. A esos, como a cada personaje, les pone su exquisita naturalidad, pícara actuación y marcada idiosincrasia, a las que no renuncia de ninguna manera.

Tomado de ElArtemiseño.