De la probadita al vicio

Quizás la primera vez que tomamos un trago de alguna bebida alcohólica, lo hicimos sin estar convencidos del todo. Tal vez ni siquiera nos gustaba el olor del alcohol; pero estábamos en un grupo en el que todos beben…nada más fácil que caer ante el embullo de los demás.

Una probadita no está mal. Lo malo es cuando se convierte en una bola de nieve, que mientras más se acerca, más grande se hace. Seguramente conoces a alguien que comenzó en el mundo de la bebida así, por una probadita, quizás hasta tú eres uno de esos, que no querías ni siquiera oler el alcohol, y ahora la botella no te puede faltar  para divertirte en una fiesta.

Y esto no solo ocurre con el alcohol, también pasa lo mismo con el cigarro. Después de la primera fumadita, a fumar por siempre. No todos los casos son iguales. Hay quien fuma de vez en cuando y de cuando en vez. Hay quien se dio la primera fumadita y no le gustó y nunca más lo intentó. Ejemplos existen muchos. De lo que quiero llamarte la atención, es que estos vicios no son buenos.


Si te centras solo en drogarte, ya sea con alcohol o nicotina, te perderás de otras cosas lindas. Tal vez la muchacha que siempre te ha gustado accedió a bailar contigo; pero tu olor a cigarro le impidió acercarse más a ti. Y por eso se perdió de un abrazo tuyo.


No lo pienses más, no existen motivos para que mantengas estos vicios. Proponte dejarlos por siempre, no dudes en pedir ayuda si la necesitas. Pero el primer paso tienes que darlo tú.