Un monumento para recordar al Che

Sin embargo necesitamos de templos, libros y fotografías para que su vida siempre esté viva. Necesitamos rendir tributo de todas las formas posibles, porque hay hombres que merecen eso y mucho más.

Hay hombres que la sencillez, la astucia y el coraje lo convirtieron en personajes inolvidables, en héroes sin capa…en guerrillero heroico.

Así es como nos gusta llamar al Che, un hombre que hizo suya la causa revolucionaria cubana, un argentino de nacimiento y un internacionalista de corazón. Un soñador, un médico, un comandante…

Su lucha fue tanta, su anhelo de libertad para los pueblos de América fue tan sincero, tan desmedido que merece más que templos, libros y fotografías. Merece nuestro agradecimiento eterno, y merece que intentemos parecernos un poquito a él.

El Che está en toda Cuba, en toda obra de la Revolución, eso es innegable. Pero hay un sitio especial para los cubanos, el sitio sagrado donde descansan sus restos mortales y la de sus compañeros: el Complejo Monumental Ernesto Guevara, ubicado en Santa Clara.

Se inauguró 28 de diciembre de 1988 en acto conmemorativo por el XXX Aniversario de la Batalla de Santa Clara y el sesenta cumpleaños del Che. Los trabajos estuvieron marcados por el compromiso de proyectistas, obreros y, muy especialmente, del pueblo villaclareño que, además de aportar cientos de horas de trabajo voluntario, reuniría el bronce necesario para fundir la escultura.  

La estatua en bronce del  Che mide 6,80 metros y pesa 20 toneladas, se levanta sobre un pedestal de 16 metros de alto. La escultura se encuentra orientada hacia el sur, mirando a la América del Sur. La figura del Che está en movimiento, con su uniforme guerrillero, su brazo enyesado tal y como aconteció su entrada a Santa Clara.

El 17 de octubre de 1997 se inhumaron los restos del Che y sus compañeros en este complejo monumentario. En la histórica ceremonia nuestro Comandante en jefe Fidel Castro expresó:

“No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos”.

“Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, (…) que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria”.

“Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra”.