¿Qué es ponerle corazón al barrio?

¿Cómo no querer a quienes conviven en el barrio? Si son los que te avisan cuando empieza la lluvia y se te está mojando la ropa. Si son los que se  ofrecen a empujar tu carro cuando no arranca. Si son los que te traen un cocimiento de tilo cuando estás nervioso…Aún sin pedir ayuda, ahí está la “gente” del barrio: prestos y dispuestos para lo que necesites, y si no ayudan, por lo menos dan su opinión.  

Entonces si nuestro barrio es el lugar donde convivimos, no cabe duda que tenemos que hacer de él un sitio mucho mejor. No nos podemos conformar. Tenemos que transformar cada pedacito que luzca feo, tenemos que saber porqué falta el agua, el gas o la electricidad. Pero eso no es todo. Tenemos que ir más allá, interesarnos por temas más sensibles, más dolorosos. Tenemos que denunciar si sabemos que una mujer es víctima de violencia doméstica, tenemos que aconsejar a ese joven que no quiere seguir estudiando o que ve en el dinero fácil una mejor forma de vida. Tenemos que ayudar a las familias vulnerables.

No podemos solo observar. Los problemas no se resuelven solos. Y se vuelven más grandes si no actuamos a tiempo. No esperemos a una asamblea de rendición de cuenta, o a una reunión del CDR (Comité de Defensa de la Revolución) para plantear lo que nos afecta, lo que está mal. No. Los espacios de diálogos están creados en cada comunidad. Y si no nos escuchan ahí, seguimos andando hasta encontrar alguien que nos escuche, nos oriente y nos ayude. Es verdad que las gestiones cansan, es verdad que las esperas agotan; pero es peor no actuar ante lo mal hecho.

En los últimos meses, los cubanos hemos recibido por diferentes vías de comunicación, las visitas y recorridos por barrios vulnerables hechas por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez; con la sencillez de su sola presencia y sus deseos de renovar el lugar donde vivimos. El primer secretario del Partido Comunista de Cuba ha desplegado una serie de acciones para que las soluciones no se queden en papel, para que de verdad exista una transformación.

Díaz-Canel consideró que las situaciones que se están enfrentando tienen mucho que ver con problemas acumulados y que no se atendieron adecuadamente por un grupo de instituciones que están en los barrios, y a las cuales, en un primer momento, casi que se les ha compulsado a hacer lo que debieron haber hecho antes. El trabajo que se hace hoy en los barrios llegó para quedarse, y tiene que ser sistemático, sostenible y cada vez más perfeccionarlo.