Y las que no tienen audífonos, ¿qué hacen?

Como es habitual llevaba puestos mis audífonos, esta vez, como todo transcurría de manera normal, los usaba según su razón de ser: para escuchar música. Aproveché que la camioneta estaba medio vacía y me senté pegada a la ventanilla, no para ver el paisaje que me sé de memoria, sino para tomar fresco y claro, para no sentirme incómoda. Como 5 minutos después suben dos muchachas, estudiantes de Ciencias Médicas, pero como ya todos los asientos de ventanilla estaban ocupados una se sienta a mi lado y la otra, detrás.

 

Todo estaba listo para zarpar y cuando el vehículo arranca se suman tres pasajeros del sexo masculino (no pasaban de 35 años) que sostenían con fuerza y se pasaban con gran orgullo un recipiente que contenía un compuesto químico orgánico con la presencia del grupo hidroxilo (OH). Entonces comencé a cuestionarme hasta qué punto está bien o mal que cosas como esas sucedan, teniendo en cuenta que se trata de un transporte público donde también viajan niños, ancianos .

 

El vehículo hace su parada habitual en la Facultad de Ciencias Médicas, “La Martí” y se despiden del viaje las dos muchachas estudiantes y una señora que iba sentada detrás de mí; lo que significó la gloria para aquellos bebedores que iban de pie y una desgracia para mí. En ese momento mis audífonos comenzaron a asumir el rol que se supone es un valor agregado, pero es el que comúnmente desempeñan, “el anti-groserías”, disminuí el volumen de la música y puse mis 5 sentidos en prever que sus acciones, a partir de entonces, no me implicaran, ni me afectaran.

 

Solo uno de los tres hablaba, los otros únicamente ponían el cuño a cuanta barbaridad su compañero decía. Yo disimulaba muy bien con mis audífonos que estaba ajena a todo aquello.

 

Justo en ese momento expresé “permiso”, se hizo a un lado y me permitió pasar. Era mi cielo, mi gloria, mi paz y mi tranquilidad, era tan solo mi parada.

 

Entonces me cuestiono ¿por qué?, por qué no puedo utilizar mis audífonos para lo que fueron diseñados, por qué no puedo escuchar mi música tranquilamente e incluso tararear alguna canción, por qué no puedo reírme si una letra me recuerde algo,  por qué no puedo mirar a donde quiera, acomodarme en el asiento si lo deseo ¿Por qué no puedo andar en la calle, en la camioneta, pero andar, al fin y al cabo, sin audífonos? Entonces me cuestiono, y las que no tienen audífonos, ¿qué hacen?