Protegiendo la infancia de nuestros niños

Son ellos seres especiales, inocentes tan llenos de vida que merecen tener una niñez segura, confortable, feliz…Velar porque sea así, más que un deber se vuelve una necesidad.

Cada primero de junio es una fecha dedicada a ellos, a los más pequeños. Una fecha para preguntarnos cuanto más podemos hacer para que crezcan con total plenitud de sus derechos, para que sean independientes y saludables. Todo niño es un universo mágico, un universo que hay que cuidar a toda costa.

Cuba es un país donde se puede hablar de niñez segura. Si se contaran las acciones que se realizan a favor de los pequeños sería una lista muy extensa.

Desde el mismo triunfo revolucionario, en enero de 1959, el gobierno se enfocó en crear un cuerpo legislativo dedicado a garantizar la supervivencia, desarrollo, protección y participación de la población más joven. Prueba de ello es la creación de los círculos infantiles, el programa Educa a tu hijo, la atención materno-infantil, y no podemos olvidar el hecho de que nuestra Constitución ponga en su centro el interés superior del niño y la autonomía progresiva y por supuesto el nuevo Código de las Familias está destinado a amparar los derechos de los infantes.

Cuba también dedica recursos y esfuerzos para cuidar de la salud de sus niños. Para esto cuenta con especialistas en los diferentes centros médicos que velan para que se cumplan los esquemas de vacunación, cada infante cubano está protegido contra 13 dolencias, algunas de las cuales constituyen flagelos en muchos países. Y por supuesto nuestros niños fueron inmunizados contra la COVID 19.

La prostitución, el trabajo forzado y los niños de la calle, son fenómenos que en Cuba no existen.

En materia de educación resalta el sistema de instituciones docentes de la isla donde se brinda enseñanza gratuita, a cargo de profesionales de primer nivel, asegurando además los medios y recursos necesarios para los procesos de aprendizaje.

Otra vez hoy recordamos a nuestro líder histórico Fidel Castro cuando expresó “Y en eso es en lo que más debemos pensar: en los niños de hoy, que son el pueblo de mañana.  Hay que cuidarlos y velar por ellos como los pilares con que se funda una obra verdaderamente hermosa y verdaderamente útil”. Así seguiremos trabajando por y para ellos, para brindarles un futuro mejor, para que sean ellos los hombres y mujeres de bien del mañana.