Vicente Mora: símbolo de Guanajay recupera su esplendor

El centro urbano de Guanajay, atesora unos de los edificios más bellos del Occidente de Cuba: el teatro Vicente Mora.

Este sitio que guarda  hasta hoy múltiples acontecimientos que macaron  la historia de la cultura cubana, y que según fragmentos históricos dados a conocer por la directora de cultura de Guanajay Yanara Sarrián Alemán relata «En el teatro a raíz del proceso revolucionario que se estaba gestando en el 1945, tiempo en que la dictadura machadista estaba en el poder, se produjeron manifestaciones en contra de este gobierno, y que en su parte el teatro sufrió los embates de ellas, resaltando su significación social, bajo la que Martín Mora político que respondía a esa clase opresora se había basado para darle a la obra este toque único, que albergó a figuras históricas como Alfredo Corcho Cinta, José Ramón Martínez, Orlando Nodarse, y otras personalidades que se destacaron en el proceso revolucionario cubano

Con una majestuosa construcción, semejante en su fachada, al   teatro de la opera de Berna en Suiza, la institución cultural desde sus inicios se convirtió en una plaza fuerte del género lírico.  Aquí se presentaron importantes artistas como, Ernesto Lecuona, Nicolás Guillén, Raquel Revuelta, Zoila Gálvez, Margarita Díaz, entre otros.

Sus paredes reflejan el paso de casi un centenar de años de historia, esa que pretende recuperar parte de su esplendor inicial, gracias a la colaboración de la Oficina del Historiador de La Habana. El especialista principal Jorge Leal catalogó “como una obra colosal de mucho trabajo y experiencia laboral. Debido a que restaurar el interior del Vicente Mora ha conformado un tema bastante complicado desde el punto de vista de la estructura dañada que presentaba el lugar, y bajo la cual hubo que hacer muchas reparaciones e innovaciones para tratar de recuperar esta maravilla arquitectónica”.

Aunque el trabajo de reconstrucción continúa en pie, los actores involucrados en la obra y sobre todo el pueblo guanajayense, no pierden la esperanza de ver nuevamente el esplendor del también reconocido templo del arte y del progreso.