Llegamos hasta donde podíamos llegar
Cuando la selección cubana partió hacia la gira previa por el continente asiático, todos coincidimos en que la meta era avanzar a la segunda etapa y ésta se cumplió.
Muchos criterios se vertieron por la no utilización de nuestros principales lanzadores en el choque de apertura ante Japón; pero Carlos Martí y su cuerpo de dirección, si bien no dieron el juego por perdido, lo manejaron con cautela, de cara a los dos restantes desafíos.
Contra China, (a todas luces el equipo más débil del clásico), se empleó a Bladimir Baños y el pinareño trabajó muy bien, al igual que los tres relevistas.
Llegaba de esta forma el crucial partido ante Australia, y como se había anunciado Lázaro Blanco era el abridor y por cierto no estuvo a la altura esperada, solo un cuadrangular con las bases llenas del mejor pelotero cubano de la actualidad Alfredo Despaigne y efectivo relevo de Miguel Lahera, nos permitió arribar a la meta.
Como es natural, el ser humano siempre es inconforme y aspira a seguir mejorando; pero, chocamos con Israel abriendo la segunda fase.
Los israelitas sorprendieron a todos en la fase inicial al dominarla de forma invicta, dejando en el camino a selecciones de la talla de Corea del Sur y Taipéi de China, además de triunfar ante Holanda, para finalizar invictos.
No se produjo a la ofensiva y nos costó el revés, 4 por 1, donde nuevamente Despaigne conectó jonrón, nuestra única anotación.
Llegó el momento de enfrentar de nuevo a Japón y aunque peleamos de principio a fin, cedimos con marcador final de 8 carreras por 5, dejando la escena lista para el tope ante Holanda, que nos bateó a su antojo, propinándonos KO, de 14 carreras por una, que nos dolió a todos.
Creo que llegamos hasta donde podíamos llegar, pues nuestro Béisbol tiene muchas carencias y son conocidas por todos.
La Serie Nacional no tiene un nivel ni parecido a los certámenes del Caribe, y por lo tanto nuestros bateadores no ven a lanzadores de esta calidad, con amplio repertorio y dominio de la zona de strike.
Los lanzadores, al querer trabajar en la zona de duda y esta no estar acorde con lo que se canta en Cuba, dan muchas bases por bolas y cuando vienen a marcar, son bateados con libertad.
Tenemos que tomar decisiones rápidas con nuestra pelota, aún estamos a tiempo, tenemos peloteros de calidad; pero si no juegan a un nivel superior, será poco menos que imposible lograr un resultado satisfactorio.
Veamos lo sucedido en este clásico con nuestra escuadra y pensemos en que el Béisbol estará en la cita olímpica de Tokio 2020; pero serán solo seis conjuntos, por lo que la clasificación será bien dura y verdaderamente nos dolería mucho no estar presente en la lid bajo los cinco aros.