La utopía renace en todos los mundos

«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar», escribió Eduardo Galeano en su libro Memorias del Fuego…

El 15 de diciembre de 1986 nació la escuela de todos los mundos, la escuela que hasta el presente apuesta por las utopías, la escuela de Birri, Gabriel García Márquez y Fidel.

La escuela de todos los mundos y de las utopías arriba a sus 37 años.

El Comité de Cineastas de América Latina escogió a San Antonio de los Baños, hoy en la provincia de Artemisa, para permitirle a estudiantes de la región, África y Asia, la filosofía docente de «aprender haciendo», entre cineastas con conocimientos avalados.

Fue el reconocido cineasta, poeta, actor y titiritero argentino, Fernando Birri, el primer director de la Escuela Internacional de Cine y Televisión. Compartió los deseos de Cuba y a su labor se debe también el paso de estudiantes de más de 50 países por sus aulas.

Birri junto a Gabriel García Márquez y logró convertirla en una de las instituciones para el aprendizaje de la producción audiovisual más importantes de su tipo en el mundo.

El amor por el celuloide que en la EICTV se profesa también nos obliga a recordar al Gabo, a Gabriel García Márquez quien fue un incansable luchador por ver convertida en realidad está escuela.

Desde 1987 colaboró intensamente mientras impartía talleres de guion a sus estudiantes. Hoy su sello más distintivo allí permanece en el apartamento 308, el sitio donde descansaba en cada una de sus visitas y pernoctaba entre saberes y educandos.

A sus 37 años de fundada y por su complicidad y cercanía, San Antonio de los Baños es hoy el pueblo más filmado en todo el mundo. Lo dicen sus cámaras y los recuerdos de ya tos egresados. Es protagonista de los sueños de quienes producen materiales y obras vivas en nombre del cine, de quienes piden silencio para iniciar una grabación o atraviesan la cotidianidad para reflejarla en las cintas magnéticas que guardan sonidos, imágenes y movimientos.

La escuela Internacional de Cine y Televisión también tiene el espíritu de Fidel y de los que aspiran a un mundo mejor.

Frases dibujadas en las paredes adornan los días allí, mientras los campos a sus alrededores aparecen colmados de equipos y acentos de múltiples latitudes que juntos construyen el futuro de la institución. Así cumplen el reto magistral de sembrar la utopía del ojo y la oreja.