Dos nacimientos, dos revolucionarios…una misma causa

Grandes fueron Antonio Maceo y Ernesto Guevara, que sin afán de grandeza escribieron páginas gloriosas en nuestra historia.  Se alzaron como verdaderos guardianes de la dignidad de un pueblo.

Nuestro mambí se hizo leyenda en los campos cuando luchaba contra el colonialismo español. Cada combate era un escenario para demostrar su coraje, audacia y valentía. No fue la casualidad lo que le permitió sobrevivir durante el asedio del enemigo, fue su astucia y su destreza.

El Titán de Bronce fue quien nos enseñó que no podía haber paz sin independencia. Era todo o nada. A propósito de la Protesta de Baraguá nuestro Comandante en jefe Fidel Castro expresó:

“Hay que decir que dejó realmente a nuestro pueblo una herencia gigantesca, infinita, con esa actitud […] con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y […] las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto”.

El Che no fue cubano de nacimiento; sin embargo supo ser uno más en las montañas de la  Sierra Maestra, hizo suya la lucha contra Fulgencio Batista. Alcanzó el grado de comandante y mandó la columna 8 Ciro Redondo que extendió la guerra hasta el centro de Cuba,  precipitando la caída de la dictadura.

Se le otorgó la ciudadanía cubana, el título Doctor Honoris Causa en Pedagogía, y el Colegio Médico Nacional le confirió la categoría de Médico Cubano Honorario.

Che es un paradigma para las actuales y futuras generaciones, que nos impulsa al mejoramiento humano, para ser cada día mejores revolucionarios.  Hoy 14 de junio se cumplen 176 y 93 años del nacimiento de Antonio Maceo y Ernesto Guevara, respectivamente. Estos natalicios nos obligan a recordarlos y hacer inmortales sus legados. Asemejarnos un poco a ellos es el mejor tributo y homenaje de cada día.