UN AMANECER DIFERENTE

La historia comienza la semana anterior cuando los maestros llegan a las escuelas, después de sus merecidas vacaciones. Nuestros hijos comienzan a decir; hay que ir a la escuela a ver la maestra o maestro, recoger mis libros, seguro  hay que pintar y limpiar el aula. Esa semana parece interminable. Nos acostamos bien tarde forrando y encuadernando libros y libretas, arreglando uniforme, sacando puntas a lápices, preparando todo el material escolar, y si el niño o niña comienza en otra escuela, esa, es otra historia.

 

Tensión la noche anterior, todo listo, no es un amanecer cualquiera. ¡Es el primer día de clases!

 

Los niños felices, los padres más, las calles se ven más coloridas. Bien temprano predominan el rojo, azul y amarillo de los uniformes, en casa no queda nadie, todos van para la escuela a dejar a sus hijos, nietos, sobrinos. Y aunque deseaban este amanecer los ojos se llenan de lágrimas y emoción al verlos tan lindos con sus uniformes nuevos, pero con la tranquilidad que van a estar bien cuidados y que en la tarde, cuando lleguen bien cansados y llenos de historias nuevas, olvidarán que el amanecer fue diferente, porque muchos amaneceres a partir de hoy lo serán.