La morosidad amenaza con enfrascarse

Resulta lastimosa la dilación de obras constructivas, sobre todo en centros de significativa importancia por su encargo social. Y qué decir si de ellas depende la puesta en marcha de nuevos equipos. Con tal pesadumbre un equipo de este periódico arribó al Centro de Producción Local de Medicamentos de Fuentes Naturales ubicado en Artemisa, sin sospechar que otros sinsabores le aguardaban.

 

Al finalizar agosto, el centro había producido 626 503 frascos de extractos fluidos y tinturas para sobrecumplir en un tres por ciento el compromiso contraído, a pesar de las malas condiciones constructivas.

 

La producción está destinada a las 22 unidades dispensariales existentes en el territorio, donde elaboran jarabes, cremas y gotas, de acuerdo con el principio activo de cada líquido y su acción farmacológica, explica Ismari Valdés Hernández, Licenciada en Ciencias Farmacéuticas, al frente de la Dirección Provincial de Farmacias y Ópticas.

 

En la propia instalación producen también jarabes y cremas, con el fin de garantizar el plan de producción de la provincia y a su vez fomentar el uso de la medicina natural y tradicional.

 

“Allí se trabaja fundamentalmente con esas drogas secas, mientras el centro de producción de Güira de Melena procesa la sábila para los jarabes de aloe e imefasma; y el de Caimito, principalmente labora con los semisólidos: la crema de manzanilla, de caléndula, de aloe, aunque realizan varias producciones”, precisa Valdés Hernández.

 

Sin pausas productivas pero poco avance constructivo
A partir de requerimientos del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, la entidad artemiseña situada en Calle 8, entre 33 y 41, inició labores de reparación entre finales de 2015 y principios de 2016, con el propósito de certificar sus producciones. Ello implicó cambios infraestructurales para el cumplimiento del flujo productivo.

 

“Se sustituyó la carpintería deteriorada de madera por una de aluminio, cerraron puertas y abrieron otras, se construyó un área para colocar el molino asignado por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), e hicieron la instalación eléctrica de otros equipos entregados, como una mezcladora de semisólidos, una estufa, una desecadora, un agitador de líquidos y una planta de tratamiento de agua”.

 

Sin embargo, ninguno funciona aún pues urge el cambio de la cubierta. A simple vista resulta palpable el estado deplorable del techo de fibras y el aspecto enmohecido de la mayoría de las paredes de la instalación, provocado por las filtraciones durante las lluvias.

 

Precisamente esa es de las acciones proyectadas para concluir en 2018, declaró la directiva. “En este período final del año las labores están dirigidas además a la construcción de una cisterna para el almacenamiento de agua potable, de una cerca perimetral y la colocación de pisos”.

 

La UEB Mantenimiento Constructivo del municipio de Artemisa, ha sido la encargada de suministrar los recursos y realizar los trabajos hasta el momento. Esta no es una obra contemplada dentro del plan de mantenimiento y reparación de 2018, aunque en opinión de Ismari, se le ha puesto toda la intención por la importancia del centro.

 

“Recientemente, a través del Grupo Empresarial, contratamos con la Empresa de Materiales de la Construcción para lograr la entrega de productos deficitarios para nosotros hasta ahora como el cemento y los áridos, aunque ello no implica obligatoriedad en su entrega. Los recursos de terminación los tenemos: cableado para la instalación eléctrica, la sanitaria y luminarias”.

 

Para ponerle la tapa al pomo: pomos sin tapa
Como si no fuese suficiente la demora constructiva, durante la visita encontramos más de 40 000 frascos de 30 ml en el patio de la instalación, expuestos a las condiciones cambiantes del clima. Marisol Ruiz Rodríguez, la administradora, asegura que en tres ocasiones fueron multados por los campañistas pues los recipientes, expuestos a la intemperie, son reservorio propicio para el desarrollo de mosquitos.

 

Además han sido objeto de juego para niños de la vecindad, quienes dejan esparcidos los vidrios por los alrededores, añade.

 

“Hace aproximadamente un año los trajeron de la sede de la Empresa Nacional de Suministros Médicos en Artemisa y los dejaron aquí, incluso vinieron sin tapas. Más del doble de esa cifra de envases, pero de 60 ml, ocupan espacio dentro de nuestro local”, declara Dunia Arteaga Gutiérrez, responsable de producción.

 

“Los de 30 ml no nos resultan factibles para envasar los productos nuestros. Hemos utilizado algunos de 60 ml pero no necesitamos tal cantidad. Además, para emplearlos en su totalidad es necesario volver a esterilizarlos pues llevan mucho tiempo almacenados en condiciones inadecuadas”.

 

Mientras los miles de frascos aguardan por quien les otorgue vida útil, probablemente en otro sitio los requieran.

 

A pesar de la situación, el centro -insignia en su actividad dentro de la provincia – ha laborado sin interrupciones. Sus trabajadores mantienen el ritmo de un  proceso productivo totalmente manual.

 

Lamentablemente las tareas constructivas, de cuya concreción depende la puesta en marcha de los equipos, se dilatan en el tiempo. Así, cada día se aplaza la posibilidad de humanizar el trabajo y de alcanzar mayor cantidad y calidad en la producción.

 

Tomado de Elartemiseño.