CTE Máximo Gómez: Mucha energía detrás de cada megawatt

El año 2018 le deparó al joven bautense una nueva oportunidad, esta vez en la Central Termoeléctrica (CTE) Máximo Gómez Báez, de Mariel.

“Nunca pensé que trabajaría en una planta de este tipo. En la termoeléctrica he tenido que aprender muy rápido. En la universidad te enseñan lo idóneo; luego es cuando tienes que ser ingeniero ‘e ingeniártelas’, buscar alternativas con los recursos de los cuales dispones”, señala Abel, quien a sus 27 años ejerce como especialista principal en el Taller de Mantenimiento de Calderas.

“No es lo mismo ser ingeniero detrás de un buró, que a pie de obra. No solo soy la persona que debe hacer planos, mediciones y tomar decisiones técnicas, sino ponerse un overol y unirse al resto del equipo con un propósito común: encontrar cuanto antes las soluciones demandadas.

“Cualquier día es complicado. Trabajamos contra averías: se presenta un imprevisto, y hay que resolverlo. Este centro es diferente a otros del sector empresarial. Aquí no se puede dejar nada para mañana; debemos terminar lo que se empieza, porque es necesario. Y te queda la satisfacción de que, si lo haces, probablemente al llegar a casa no se hayan dado incidencias en el servicio eléctrico”.

Tampoco las madrugadas son menos intensas. “Las principales averías ocurren en las calderas, y demandan trabajo fuerte que se hace muchas veces en ese horario. Todo lo asociado a afectaciones en la generación eléctrica, tiende a ser la tarea más importante; por eso, en ocasiones, tienes que aplazar actividades planificadas”, puntualiza.

“Esas averías que disparan el bloque térmico y provocan dejar de producir megawatts(MW), hacen que vayan a buscarte a tu casa, o puedes estar en el ómnibus, suceder cualquier contingencia, y debes cambiar los planes y quedarte a trabajar, porque sabes cuánto significa contar contigo”.
Pensar en la mayoría

La termoeléctrica es como su propia casa. Vive muy cerca, en el poblado de La Boca. Cada vez que lo necesitan a destiempo, tan solo es llamarlo y en apenas unos minutos está en la Máximo Gómez. Electricista, operador de control central, jefe de turno eléctrico… han sido de las funciones asumidas durante el transcurso de los años; actualmente se desempeña como jefe de explotación eléctrica.

“Llegamos con el espíritu de resolver cada situación, a fin de que persista la confiabilidad y disponibilidad en la generación. Sabemos lo medular de la electricidad en el ámbito familiar; aunque trabajemos en el sector, no estamos exentos de las afectaciones por déficit energético, y lo sufrimos en carne propia, conscientes de cuánto esfuerzo se realiza minuto a minuto”, manifiesta Rafael Cruz Arzola.

Controlar y supervisar parámetros eléctricos en la planta, es la esencia de su quehacer; le acompañan ocho operadores eléctricos por cada uno de los cuatro turnos de trabajo.

Debido a la responsabilidad asumida, en las entradas de los bloques o cuando sea necesario realizar una operación que pueda deparar salidas imprevistas, Rafael debe estar presente. “No importa a la hora que se planifique; ahí estamos los trabajadores implicados en la tarea”, subraya.

“En varias ocasiones entramos a la entidad conscientes de no saber cuándo saldremos, pues la jornada puede extenderse en dependencia de cómo se comporte la operativa. Uno llega a desatender incluso a la familia, en beneficio de la mayoría, que es la población”.

Otra forma de ayudar

En la CTE es bien conocida la brigada de baqueteo, integrada hace más de una década. Cuentan que el trabajo es engorroso, pero “nos queda la satisfacción de contribuir a la generación de megawatts, mediante esta limpieza en las calderas”, dice Dayron Benítez De Armas, especialista C en Seguridad y Salud en el Trabajo y Seguridad contra Incendios, uno de los jóvenes del referido equipo.

Sin acometer ninguna otra acción de mantenimiento, esto garantiza que el bloque aumente la capacidad de generación, asegura; de ahí la importancia de su labor y de la disposición de quienes emprenden las intensas faenas.

“El petróleo crudo cubano empleado en nuestras unidades tiene alto contenido de azufre. La combustión genera una serie de partículas que se adhieren a las paredes de las tuberías de la caldera; esto hace que el bloque pierda eficiencia y atenta contra la carga”, explica.

No es una tarea sencilla. Los jóvenes han tenido un protagonismo importante en estas acciones. Unos 20 trabajadores integran la brigada, y mientras dura esa labor son liberados de sus funciones habituales.

“Con equipos específicos, eliminamos una capa gruesa que se crea y se torna difícil de extraer. Nos dividimos en varios grupos y entramos al área tres, cuatro o cinco personas, durante algunos minutos; así nos rotamos periódicamente. Hasta 12 horas diarias y más dedicamos a esta misión, que generalmente nos ocupa varias jornadas”.

En dependencia de los mantenimientos previstos para los bloques, planifican el baqueteo, una tarea priorizada, alega Dayron. “Ante salidas de emergencia y averías, siempre que sea posible se aprovecha la oportunidad”, insiste y agrega que, aun en momentos difíciles, marcados por el auge de la COVID-19, fueron a la termoeléctrica de Matanzas a colaborar con el desarrollo de esta faena.

Crecerse a diario

En la CTE mantienen una batalla constante por recuperar la capacidad de generación instalada. “Pese a la operatividad propia de una empresa tan compleja, no descuidamos las estrategias de desarrollo e inversión que apuntalan ese resultado. Además, queremos rescatar los espacios robados por la pandemia”, asevera Roberto Pigueiras Fernández, al frente de la Dirección Integrada de Proyectos para la Rehabilitación Capital de Mariel 6.

Aunque mucho falta por lograr, planifican y ejecutan actividades enca-
minadas al mantenimiento y recuperación de infraestructuras, y a la cultura tecnológica.

Disímiles son los desafíos para un equipo que se crece a diario ante cada circunstancia, y enfrenta los momentos actuales con tenacidad y compromiso, sin desistir. Numerosas vivencias e historias por contar, mucho esfuerzo y energía hay detrás de cada megawatt.

Tomado de ElArtemiseño.