Agilidad en la gestión: ¿pa’ cuándo?

El principal tropiezo de esta experiencia ha sido la imposibilidad de sincronizar todas las direcciones a una misma plataforma, para alojar un sistema integrado de datos con el cual puedan trabajar todos los organismos incluidos.

 

Quizás es usted de los que comenzaron un trámite meses atrás y, al transitar por la Calle 50 o República, en la ciudad capital, le asalta la duda: ¿qué sucedió con la Oficina de Trámites que se construyó allí? Hace casi un año, las páginas de este semanario reseñaron las ventajas del lugar, entonces en su fase final de construcción.

 

Muchos y necesarios servicios confluirían en este conjunto de departamentos, comunicados entre sí por un casi interminable laberinto. Gestiones vinculadas con Notaría, Vivienda, Planificación Física, ONAT, Registro Civil, de la Propiedad, y de Consumidores (OFICODA), Asistencia Social, Control y cobro de multas, y un punto de venta de sellos.

 

Faltaba poco, aseguraron directivos en noviembre de 2017: solo algunos muebles sanitarios y conexiones hidráulicas. Esperaban, además, por la pizarra distribuidora de energía eléctrica o PGD, que pudiera “alimentar” todos los equipos dentro de la Oficina. Finalmente se colocó la PGD, pero otras imprecisiones impiden aún su funcionamiento.

 

Carlos Manuel Collazo, jefe de la Administración Municipal, explicó que el nodo central estaba en un lugar con falso techo, y fue preciso “trasladarlo para un departamento con cubierta rígida, destinado en el proyecto original a otros fines. Y, al conectar la pizarra, nos percatamos que el nodo necesitaba otra entrada de energía”.

 

También “nos queda pendiente un requerimiento de los bomberos: hacer una segunda puerta de salida, más grande de lo normal, de más de 90 centímetros”.

 

Desde el punto de vista constructivo, restan por colocar unas 20 lámparas y retocar la pintura, fundamentalmente en el exterior, según Vladimir Hernández, director general de Infraestructura e Inversiones en la Administración Municipal.

 

Sin embargo, el principal tropiezo de esta experiencia ha sido la imposibilidad de sincronizar todas las direcciones a una misma plataforma, para alojar un sistema integrado de datos con el cual puedan trabajar todos los organismos incluidos, sostuvo Collazo.

 

Ambos afirmaron que cada dirección conoce el local asignado, y las que no precisen de consultar este sistema de información se prevé comiencen a laborar en la Oficina en la primera quincena de octubre.
Tropiezos técnicos han privado a los artemiseños de disfrutar de un proyecto integrador, concebido para agilizar los tan incómodos trámites, para los cuales hoy se necesitan demasiado tiempo y paciencia, a causa del burocratismo, subsanaciones de errores reiteradamente, desconocimiento de funcionarios, sobornos, irrespeto e impunidad, y el clásico “peloteo” entre unos y otros, del que muchos saben de sobra.

 

En 2017 le asignaron a la construcción del lugar 249 000 pesos, de ellos 224 000 en CUP, y 25 000 en CUC. De los ingresos procedentes de la Contribución Territorial al Desarrollo Local, recibió 213 465 CUP, y otros 20 000 del uno por ciento correspondiente a lo ingresado este año, según el jefe de la Administración.

 

Si sumamos todo el dinero (unos 500 000 pesos), tendremos idea de cuánto se ha erogado para la satisfacción de cientos de personas, hoy agobiadas entre papeles y dilaciones.

 

No puede un tema tan urgente extenderse en el tiempo, sin soluciones igual de enérgicas y oportunas de acuerdo con su importancia. Desde estas páginas exhortamos a despertar y actuar en la Oficina de Trámite, porque el pueblo, como máximo supervisor, juzga cada acción y el costo de los resultados en su “viacrucis” para legalizar una vivienda u obtener un certificado de nacimiento.

 

Tomado de Elartemiseño.