Naces cada día en tu pueblo
Y es que Fidel nació de ella, con el permiso de Lina, la historia fue quien de manera irremediable le engendró. Tan dominante fue el genotipo de su progenitora que encontró la forma de nacer todos los día, luego de la muerte, incluso.
Poco importa en Birán, en Holguín, o en Santiago surgió entre los cedros el hombre Caguairán.
Supo nutrirse de una savia tan genuina, que alcanzó para hacer retoñar a un país, como si retoñar bastara para ilustrarlo. Tanto le dio Fidel a Cuba, tanto le sigue dando.
Presto que Varela nos enseñó primero en pensar, pasó por entre siglos el Guerrillero del tiempo para enseñar a soñar, a creer, obrar ir por el bien y resistir.
Llegó la hora de probar que somos buenos aprendices; nosotros herederos de Fidel.