En Cinco Palmas ¡ganamos la guerra!

Cinco Palmas no es un lugar más dentro de la geografía y la historia de Cuba: salí se reencontraron Fidel y Raúl Castro el 18 de diciembre de 1956 con expedicionarios del yate Granma.

Después de Alegría de Pio -donde cayeron tres revolucionarios cubanos- fue mucha la dispersión de los combatientes cubanos. Algunos campesinos contribuyeron a que un grupo de expedicionarios no fueran capturados por la tiranía. De ahí la ayuda y el apoyo a una causa justa por la liberación de Cuba, que había sido conveniada con Celia Sánchez.

Fidel, Raúl y Almeida habían caminado mucho después de los sucesos. Pero en la noche del 18 de diciembre el reencuentro de los hermanos no esperó, y justo Fidel le preguntó a Raúl qué cuántos fusiles traía y al contestarle este que cinco, el líder de la Revolución exclamó: “¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!

A pesar de las adversidades que marcaron el desembarco de la expedición del yate Granma, el desastre de Alegría de Pío y los desafíos encontrados durante la azarosa marcha hasta el reencuentro con Raúl, Fidel Castro no varió en lo más mínimo su convicción patriótica y revolucionaria, ni la certidumbre en la victoria, tal como lo expresó en su encuentro con su hermano en Cinco Palmas.

Poco después, se sumaría al grupo de Almeida, compuesto por el Che, Ramiro Valdés, Reynaldo Benítez y Rafael Chao. En los días posteriores, se unirían más integrantes de la expedición, y precisamente, el 25 de diciembre de 1956, ascenderían al firme de la Sierra Maestra para dar inicio a la última gesta de Liberación Nacional.

Dos años después de ese encuentro entre Fidel y Raúl en Cinco Palmas, el 18 de diciembre de 1958, ya en las etapas finales de la guerra, los hermanos se reencontraron en la Comandancia de La Rinconada, cerca de Jiguaní, luego de varios meses sin verse. Desde allí, marcharían unidos hasta la victoria final el Primero de Enero de 1959 en Santiago de Cuba.

En diciembre de 1975 en el Informe Central presentado ante los participantes en el primer congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel expuso: “Con siete armas se inició de nuevo la contienda en la Sierra Maestra y al cabo de dos años el ejército de la tiranía, supuestamente invencible, había sido liquidado y el pueblo victorioso empuñaba los 80 mil fusiles que un día se esgrimieron contra la nación.”