Otro golpe para el béisbol cubano

Si ya estábamos en alarma roja, luego de los resultados en los últimos certámenes foráneos, que incluso nos llevaron a no estar entre las 10 primeras naciones en el ranking mundial, esta derrota en un certamen de escaso nivel, pudiera ser la gota que derrama la copa.

En este certamen participaron Perú, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos (que no terminaron el torneo), Cuba y los locales de Curazao.

Muchos pudieran alegar que los nuestros vencieron en los dos choques de la fase de clasificación a los curazaleños, con abultados marcadores de 14 anotaciones por 7 y 7 por 0, pero eso no fue suficiente.

En el Choque final los de Curazao salieron adelante y después Cuba negoció el empate, luego los locales tomaron la ventaja y aunque Cuba descontó, se quedaron cortos.

La nómina mostrada por Cuba en el torneo es muy superior a las restantes, por lo que cuesta tanto trabajo asimilar el fracaso.

Un equipo donde aparecen Pavel Quesada (elegido el jugador más valioso), Yoelquis Guibert, Santiago Torres, Dennis Laza, Osvaldo Vázquez, por solo citar estos ejemplos, no debe perder frente a un elenco inferior en todos los sentidos.

No es momento de justificar nada, ni de buscar a un culpable, tenemos la obligación de cambiar muchas cosas en nuestro béisbol, que tenían que haberse echo desde hace ya algún tiempo, pero que ahora es imposible postergarlas.

El cambio en nuestro pasatiempo nacional tiene que ser radical, sistemas de competencias, estructura, filosofía de juego, mentalidad de atletas, entrenadores y directivos, todo potenciado desde la base, pues no puede existir nada que no tenga un buen cimiento.

Nuestro béisbol llegó a ser poco menos que invencible y ahora no podemos vencer ni a los de menos rango, recuperar el respeto internacional tiene que ser una meta, pero primero tenemos que revisar bien la casa y cambiar todo lo que se tenga que cambiar.