Orlando Rodríguez Díaz, de San Antonio a Berlín

Disciplina, consagración, horas robadas al descanso y muchos deseos de representar a Cuba en una cita bajo los cinco aros, mueven los destinos de Orlandito. Callado y optimista, este joven viaja todos los días desde el Ariguanabo hasta la cabecera provincial, para realizar su entrenamiento en la Eide Julio Díaz González.

Admirador de glorias cubanas como Enrique Figuerola y Anier García, así como del ídolo jamaicano Usain Bolt, volverá a volar sobre la pista en busca de un sueño.

“Es otra oportunidad de obtener la medalla que no pude alcanzar en Los Ángeles. Logré el oro en los 200 metros, pero una arrancada en falso en los 100 me impidió ganar esa carrera, cuando era favorito. Será difícil, pero tengo fe en todo el tiempo de entrenamientos. Me siento con fuerzas para conquistar ese oro.

“Me inspiran mi abuela y Bismel Rodríguez, mi primer entrenador, quien me dio confianza en el poder de la voluntad; por supuesto, también el pueblo de San Antonio de los Baños, siempre pendiente de mis resultados”.

Gran velocista ya, con formidable capacidad de reacción en el bloque de arrancada, insiste en la constancia y disciplina del entrenamiento, así como en el rigor en la alimentación para no irse del peso apropiado.

Los compañeros de la delegación a Los Ángeles, en 2015, lo llaman “el avioncito”, por la rapidez en la carrera y su impresionante arranque cuando compite.

A la pregunta sobre si confía en regresar con una medalla de oro, responde de inmediato. “Ser campeón olímpico es la máxima expresión del esfuerzo durante mucho tiempo. Voy a traer dos: la de los 100 que se me escapó en Los Ángeles, y revalidar la de los 200, téngalo por seguro”.

Tomado de ElArtemiseño.