Precios: más que números en la tablilla

Por eso el más reciente ejercicio de control estuvo encaminado a enfrentar los precios abusivos sobre productos agropecuarios. Los equipos estuvieron integrados por especialistas de los cuerpos de inspección municipales, las direcciones de Finanzas, de la Agricultura y Economía, liderados por el Partido.

En Alquízar visitaron el Mercado Agropecuario Estatal (MAE), la UEB Acopio, el punto de venta de la CPA Héroes de Yaguajay, carretilleros y vendedores minoristas.

En el MAE encontraron una amplia gama de productos con la calidad adecuada y a los precios pactados, realidad corroborada por la población.

No obstante, se detectó inconformidad con precios de productos provenientes de la minindustria. “El adobo nos ahorra especias, pero, de 10 pesos que costaba el litro, hoy se vende en envases de dos litros a 56 pesos”, señaló Ismael González, cliente usual del mercado.

La conformación de precios en La Caprichosa está ceñida a los costos de producción, modificados con el Ordenamiento: de 0,63 centavos que costaba el envase de plástico de dos litros, el valor ascendió a 3.81. Algo parecido ocurre con el orégano adquirido a través de Plantas Medicinales. Quizás la solución sea ofertarlo en envases más pequeños.

Con miras hacia el proveedor

Tanto carretilleros como vendedores minoristas de productos agropecuarios sienten sobre su actividad el impacto de los bajos rendimientos en la agricultura. Aunque el 2020 fue el año que más se sembró en la localidad, los resultados no fueron los esperados, a causa de la falta de insumos.

La insuficiente producción influye igualmente sobre la economía de la UEB Acopio: de 90 toneladas que debe mover en un día, no sobrepasa 30 en la actualidad.

Y, por supuesto, sobre el autoabastecimiento municipal pende también el compromiso de surtir a la capital, en medio de un año desfavorable.

Así, la principal comercializadora de productos agropecuarios debe priorizar la demanda del consumo social, las dietas médicas, La Habana y en último lugar a los trabajadores por cuenta propia, para los que existen menos opciones por las vías tradicionales. Carretilleros y vendedores minoristas son una forma de gestión autorizada, pero no disfrutan de las oportunidades procedentes.

Entre las reservas de las formas productivas y la relación desproporcional entre oferta y demanda, queda abierta una brecha enorme a la especulación.

Guanajay necesita más

En la UEB Comercializadora Acopio de Guanajay, el equipo evaluó las alternativas para completar la distribución de alimentos como parte del programa de autoabastecimiento, en un municipio donde no sobresale el potencial agrícola.

Esta desventaja obliga a establecer convenios con formas productivas de Artemisa, Güira de Melena y Alquízar, a fin de proveer a los 15 puntos de venta distribuidos por los 11 asentamientos poblacionales de Guanajay.

Aunque en la tierra de Baliño siguen ávidos de ofertas y los precios sobrepasan desfavorablemente la expectativa económica de los compradores, abundan las pastas y conservas de las minindustrias y, en el momento de la inspección, permanecían más de cuatro productos tanto en el mercado climatizado como en otros puntos de venta.

En cambio, la no existencia de contratos entre carretilleros y la comercializadora fue una de las deficiencias detectadas. Entonces, ¿de dónde provienen los productos que ofertan los cuentapropistas? ¿Cómo controlar realmente los precios?

Al intercambiar con campesinos del municipio, Juan Alberto Rodríguez, jefe del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido, llamó a potenciar producciones e indagó sobre los pagos, que ya están al día, según el representante de la Agricultura en Guanajay.

No es asunto de un día

“Este ejercicio de control debe ser un sistema de trabajo en cada municipio, para monitorear el comportamiento de los precios y evitar incrementos sin correspondencia entre los costos de producción y adquisición”, exhortó Rolando Díaz, funcionario del Comité Provincial del Partido.

“A las diversas formas de gestión de Caimito corresponde mejorar las ofertas de productos agropecuarios a la población”, añadió tras visitar el MAE, el punto de venta de la CCSF Jesús Menéndez, la refresquera de la Cooperativa No Agropecuaria La Ternura, la CNA El Caimito, el Mercado Juguera de Cítricos Ceiba y a los carretilleros.

El equipo comprobó que la oferta de los carretilleros es más variada y, a la par, detectó irregularidades, por no coincidir la calidad y el precio. De manera general, los precios se ajustan al listado oficial; solo cabe preguntarse si fue solo ese día, pues en la práctica diaria parece ocurrir todo lo contrario.

Son tiempos determinantes. Si el Ordenamiento pretende garantizar oportunidades a todos, los precios no pueden ser solo números en la tablilla.

Tomado de ElArtemiseño.