Imprescindible ingrediente

Amanecer antes que el Sol y desafiar el intenso calor procedente del horno no parecen rebajarle los ánimos a este pequeño colectivo de trabajadores. Saben de la inmensa responsabilidad puesta en sus manos.

Yoel Díaz, el almacenero devenido administrador mientras el titular se recupera de una neumonía, alude a ese empeño adicional, en tanto continúan entregando cientos de gaceñigas, rosquitas, panqués, masas reales, torticas y otros dulces a organismos y empresas.

Por supuesto, tampoco dejan de abastecer su propio punto de venta, al que acude la población habitualmente.

Otro tanto sucede en la dulcería Gran París, a solo unos metros del Bulevar artemiseño.

Antonio Báez, operario A, declara que elaboran dulces todos los días para vender al pueblo, al Grupo Empresarial y a los involucrados con la vacunación contra la COVID-19.

Harina, azúcar y huevo conforman la mezcla para hacer las panetelas. Las latas ya esperan con el papel colocado… y al horno, a cocer durante unos 15 minutos a 90 grados. Luego se enfría y se elabora el dulce al día siguiente, relata Roberto Ordaz, operarios ya de 52 años allí.

A Carlos Martínez, el maestro de turno, el oficio lo atrapó aun más temprano, y todavía lo tiene inmerso en el afán de ponerle un toque dulce a nuestros días.

“Mi padre no quería que estuviese sin estudiar ni trabajar, así que me consiguió empleo en una dulcería particular. Después vine para acá. Ya hacen 53 años de entonces. Es un trabajo bonito, el único en mi vida.

“Antes tenía la satisfacción de elaborar muchos cakes para los niños. Ahora, pese a la insuficiente calidad de las materias primas, trato de que quede lo mejor posible, porque son alimentos para el pueblo”.

Sean para el desayuno, la merienda o el final feliz de cada comida, una chocolatina o marquesita gustan a muchos. Un menú que no cierre con el postre es como un traje sin corbata, sostiene Fernand Point, creador de la nouvelle cuisine, en la culinaria francesa.

Precisamente cuando no abundan las opciones sobre la mesa, cobra mayor importancia sumar propuestas, las más dulces permitidas con un ingrediente imprescindible: la voluntad.

Tomado de ElArtemiseño.