Artemisa de los artemiseños

El anuncio de la activación del Título III de la Ley Helms Burton ha generado la reacción de los cubanos dentro y fuera de la isla.

 

Como en cada comunidad del país también en Artemisa las personas reflexionan sobre lo absurdo de posibles demandas en tribunales estadounidenses por propiedades irrevocablemente cubanas.

 

El presidente de la Unión Nacional de Investigadores e Historiadores de Cuba en la provincia, Daniel Suárez afirmó que: “El artículo III de esta ley no pretende otra cosa que darle a quienes antes fueron dueños directa o indirectamente de alguna propiedad en Cuba, derecho a reclamarla hoy. Incluso impedir, prohibir o sancionar a aquellas empresas de otros países que comercien con entidades enclavadas en esas instalaciones”.

 

Luego de que el Departamento de Estado Norteamericano restableciera la aplicación del Título III de la Helms Burton muchos miran la ciudad reparando en sitios como el cine Juárez, el Hotel Campoamor, los bancos populares, restaurantes, cadenas de tiendas y hasta viviendas particulares que pudieran ser objeto de litigios internacionales de acuerdo al artículo en cuestión.

 

Es el caso del artemiseño José Antonio García García, quien asegura que es una ley garrote porque somos nosotros los cubanos quienes decidimos sobre esas propiedades que fueron legítimamente confiscadas y los dueños tuvieron la oportunidad de recibir una indemnización que no aceptaron. Esa posición tiene una consecuencia en la actualidad; la de no tener derecho a nada.

 

Y es que el cubano, al margen de una cultura jurídica establecida tiene un alto sentido de la justicia, no queda indiferente ante una pretensión, más que agresiva, risible.