Sesenta y seis años de asedio

Antonio, Toni como todos le dicen, a sus 85 años siente la distancia que lo separa de su Cuba. Hoy, sus vecinos los ve a través de una videollamada; seis horas de diferencia horaria y un océano lo separan de su hogar.

Sin embargo, Toni no decidió irse a España en busca del sueño en Europa; él, como tantas personas, fue víctima del bloqueo. Toni padece una enfermedad que requiere un tratamiento al que Cuba no puede acceder.

Historias como estas abundan, todas con un mínimo común múltiplo. Algunos lo tildan de genocida, otros de recrudecimiento, o solo lo llaman bloqueo económico, comercial y financiero.

Este ha sido, durante más de 60 años, la expresión de una política cruel e inhumana que ha tenido un impacto significativo en varios sectores de la economía en el país y sin duda alguna, uno de los más afectados es el sector de la salud.

Desde aquel 7 de febrero de 1962, cuando el Gobierno de John F. Kennedy firmó la orden ejecutiva que impuso dicha política contra Cuba, esta ha tenido que obtener reactivos, materias primas, medicamentos y tecnologías a través de terceros países y a precios más elevados. 

“La Ley de Comercio con el Enemigo y la Ley de Asistencia Exterior constituyeron las bases para la asfixia económica y el aislamiento político a nivel regional e internacional (…)

Además, se ha mantenido vigente la Ley Torricelli, que prohíbe a las subsidiarias de empresas estadounidenses en otros países, comerciar con Cuba y limitar la cooperación de estos con la Isla”, precisó el texto El impacto del bloqueo estadounidense sobre el sistema de salud cubano.

Así, unido a la supuesta amenaza que representa Cuba  para negocios o transacciones debido a su nueva inclusión en la lista de los países patrocinadores del terrorismo “ no hay sector de la vida social y económica que escape a los efectos del bloqueo” reafirmó el Canciller de Cuba Bruno Rodríguez Parrilla en la actualización del Informe sobre las afectaciones del bloqueo correspondiente al periodo de marzo 2024 a febrero 2025.

Al respecto, el informe señala que, en dicho periodo esta política causó pérdidas estimadas en 7.556,1 millones de dólares. Unido a ello, Rodríguez Parrilla agregó que dos meses del bloqueo igualan al costo del combustible necesario para satisfacer la demanda de electricidad del país que es equivalente a mil 600 millones de dólares.

El mandatario también añadió:

– “Catorce horas de bloqueo, equivaldría al costo de adquisición de la insulina necesaria para cubrir las necesidades de todas las personas, niñas y niños, diabéticas del país.

-Cinco días de bloqueo representan daños de cien millones de dólares, cifra que cubriría el financiamiento necesario para reparar alguna de las centrales termoeléctricas.

-Doce días de bloqueo equivalen a 250 millones de dólares, costo anual del mantenimiento del Sistema Electroenergético Nacional.

– La necesidad del cuadro básico de medicamentos de Cuba es de 339 millones de dólares. Sin embargo, dieciséis días de bloqueo, permitirían disponer del financiamiento para suplir estos servicios básicos.

– Dos meses equivalentes a esta política, podrían costear durante un año, la entrega de la canasta familiar normada.

– Cuatro meses de bloqueo, (2 mil 850 millones de dólares) permitirían adquirir todos los ómnibus necesarios para el transporte público del país”.

En consecuencia, cada año la comunidad internacional se manifiesta en las votaciones de la ONU sobre la resolución que impide el levantamiento de este embargo.

¿Será que dentro de unos años historias como la de Toni solo serán parte de la historia de esta política genocida, o que simplemente a Cuba le deparan seis décadas más bajo el asedio de esta? Sería imposible definir, mientras tanto, Cuba y su gente se revientan como país.

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