Matanzas, en silencio por sus héroes

Convocados por el toque de las campanas de la catedral de San Carlos de Borromeo, el único sonido que rompió el mutismo de la urbe desde hace varios días, los matanceros acudieron por miles a las honras fúnebres de los 14 desaparecidos en el desastre de los supertanqueros de la zona industrial de la ciudad, sin precedentes en Cuba por su magnitud.

La sede de la ceremonia es el museo Estación de los Bomberos Enrique Estrada, institución única de su tipo en la isla porque en ella coinciden los espacios de exhibición con la sede del comando 1 del Cuerpo de Bomberos de Matanzas.

Hay quien dice que no podía ser otro lugar porque aquí nace la vocación de muchos jóvenes, entre ellos varios de los caídos en la misión, por esta profesión, venerada en la ciudad desde hace más de dos siglos.

En la conocida como la Atenas de Cuba hay una calle nombrada Curva de los Bomberos, que evoca a quienes en el siglo XIX ofrendaron su vida para extinguir un siniestro cuyas llamas consumieron 30 manzanas.

Además, es posible encontrar placas conmemorativas en edificaciones que rememoran otras escaramuzas de estos héroes con el fuego y la muerte.

En la fila que espera para rendir tributo coinciden el antiguo compañero de primaria de uno de los fallecidos con el colega de brigada a quien le pidió, minutos antes de la explosión que pondría fin a su vida, le sacara una foto para enviarla a la familia. La hilera de personas se mueve al mismo ritmo del río San Juan, uno de los que atraviesa la ciudad y el más entrañable para sus habitantes, quienes todavía no se recuperan de las horas de desasosiego.

Unos dicen que nunca olvidarán el color del cielo la noche del seis de agosto, cuando explotó el segundo de los tanques de combustible con capacidad para 50 mil litros, otros agradecen que nunca se sintieron solos por las continuas expresiones de solidaridad.

Los miembros del Cuerpo de Bomberos abrieron la ceremonia de homenaje. Algunos todavía llevan los vendajes de las heridas, otros, sienten que han ganado una nueva familia y que en los cinco días que duró la lucha contra las llamas maduraron como hombres y seres humanos.

Y mientras algunos exteriorizan el dolor otros se llevan en silencio el recuerdo de los compañeros caídos y las experiencias de estas jornadas en las que enfrentaron sus miedos para convertirse en héroes.

El cementerio de San Carlos de Borromeo, con 150 años de existencia,será el sitio de reposo final de los restos de los 14 fallecidos, que serán acompañados por el pueblo durante una ceremonia de homenaje de sus compañeros de profesión.

A unos 10 kilómetros de la ciudad, en el escenario del desastre, entre las cenizas y los escombros, han comenzado a crecer retoños de plantas, lo que no ha pasado desapercibido para los habitantes de esta urbe, fundada en 1693 como San Carlos y San Severino de Matanzas.

Tomado de PL https://www.prensa-latina.cu/2022/08/19/matanzas-cuba-en-silencio-por-sus-heroes