La adolescencia no es una etapa para embarazos

Los especialistas advierten que el embarazo en edades tempranas interrumpe de forma brusca la preparación destinada a transformar ese cuerpo en el mejor lugar para el advenimiento de un niño. Pese a que sea capaz de concebir, la adolescente no solo no está apta biológicamente para el embarazo, sino que este rompe para siempre el proceso de la adolescencia, con todo lo que significa en la estructuración de la mujer.

El embarazo en la adolescencia se asocia con algunos peligros médicos tanto para la madre como para el futuro bebé como por ejemplo aborto espontáneo, parto prematuro, problemas de hipertensión, mayor mortalidad materna, infantil y fetal, entre otros.

En Cuba el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) realiza una serie de acciones encaminadas a reducir la fecundidad temprana, dígase la promoción de la maternidad y la paternidad responsable, el perfeccionamiento de los servicios municipales de planificación familiar.  Y aunque se ha ganado mucho terreno en materia de educación sexual y planificación familiar, aun siguen aumentando los casos de adolescentes embarazadas.

Durante el debate de las comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el director del Centro de Estudios Demográficos, Antonio Aja, advirtió que las tasas de fecundidad adolescentes en Cuba representan un problema social. Las estadísticas de embarazos en edades tempranas representan el 50, 6 %. El fenómeno está presente en todas las provincias del país; pero la mayor incidencia recae en Las Tunas, Granma, Guantánamo, Camagüey, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba.

Ante esta realidad es imprescindible reforzar el trabajo comunicativo en las escuelas y comunidades. No se pueden escatimar esfuerzos ni recursos para frenar los embarazos de adolescentes. La familia es clave en todo este proceso. Hablarles a nuestros hijos sobre sexualidad responsable, métodos anticonceptivos, establecer lazos de confianza, amor y respeto pueden marcar la diferencia.