El bloqueo es más que números

Del 1 de marzo de 2022 hasta el 28 de febrero de 2023, el bloqueo causó daños y perjuicios a Cuba, estimados en el orden de los 4 mil 867 millones de dólares. Esto representa una afectación de más de 405 millones de dólares mensuales, más de 13 millones de dólares diarios, y más de 555 mil dólares por cada hora, según el informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Pero el bloqueo es más que números.

Significa más que millones de dólares en pérdida para el gobierno y el pueblo cubano.

Realmente los hechos hablan más que los números, porque son muchos los que sufren a causa de esta política hostil. Somos nosotros, los cubanos, los que pagamos las consecuencias.

No puede negarse entonces que “el bloqueo constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todas las cubanas y cubanos. Por su declarado propósito y el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta, califica como un acto de genocidio a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948”

El informe también revela que “los graves daños y perjuicios derivados del bloqueo tienen un componente humano, que no es cuantificable, pero es real y significativo. Desde sus inicios, esta política persiguió atacar ese componente que, por su sensibilidad y transversalidad, gravita sobre todas las esferas de la vida socioeconómica y política del país”.

Pocos temas han logrado aglutinar tanto a la comunidad internacional como la condena al bloqueo. Cada vez son más las fuerzas y actores alrededor del mundo que asumen la responsabilidad de denunciar esta política inhumana e ilegal.

Somos los cubanos un pueblo que ha sabido levantarse ante las dificultades, que no se rinde, un pueblo que añora un mejor futuro, un futuro cimentado en esfuerzos y virtudes. Somos los cubanos un pueblo que no desiste de construir un mejor país. Y puede que el bloqueo nos limite, nos tronche, nos frustre; pero no nos arrebata las esperanzas, no nos somete.