La Cuba que amamos y defendemos

Bajan los números de la pandemia, comienzan a engrasarse los mecanismos de la economía, y las puertas se abren, con la hospitalidad de siempre,  para recibir a los que arriban.

Nación pequeña ésta que se ha vuelto la quimera de los poderosos; que pierden el sueño, mandato tras mandato, sin vernos doblegarnos. No puede ser normal que un presidente habiendo declarado entendimiento, mantenga las medidas del anterior;  con el objeto de asfixiar a los cubanos.

No pude ser normal que se respalde y se alienten soplos de odio contra el pueblo de Cuba que trabaja por sobrevivir como ha hecho siempre… convirtiendo los revese en victorias.

No puede ser normal que manipulaciones en las redes intenten construir una Cuba paralela a ésta, inmunizada contra los virus y contra la amenazas. Tampoco que se intente la invocación a los textos sagrados de la patria para ponerla al servicio de los enemigos históricos, que esperan reclamar posesiones de antaño y explotar como herencia  las generaciones liberadas por el fusil barbudo.

Esta normalidad de economía perseguida, de intentos de golpe blando y campañas de descrédito amerita la enérgica condena de las naciones, cuenta con la voz de los amigos que se niegan a realidad tan cruel.

¿A dónde habría llegado Cuba sin muros confinándole el camino al desarrollo? Normal es nuestra fe inquebrantable en la unidad. Normal es que a pesar de todo sigamos defendiendo la vida.