Angerona: una historia detenida en el tiempo

Más de 200 años han pasado pero nunca es tarde para desempolvar historias, desandar lugares insospechados y encontrar más allá de las ruinas rastros de una leyenda.

Angerona es hoy monumento nacional, guarda restos de la más importante plantación cafetalera del occidente cubano y la segunda de la isla en la primera mitad del siglo XIX

Se habla también de un amor, que aquí, sobrepasó los prejuicios sociales de la época. Aunque nunca se ha podido confirmar dicha relación: la historia entre el empresario Alemán Cornelio Souchay quien adquirió estas tierras en 1813, y su persona de confianza, la morena haitiana Úrsula Lambert.

Más allá de un presunto amor en secreto, confinado a los predios de la hacienda, juntos lograron que Angerona marcara la diferencia en la época, no solo por su producción cafetalera sino por la forma de esclavitud patriarcal, que permitía a unos 450 esclavos vivir en familia y tener algunos beneficios.

Cuentan que amaban a sus amos, y en Angerona reinaba la abundancia hasta 1837 que fallece Don Cornelio, y Úrsula regresa a La Habana donde murió muchos años después.

Hoy día no se puede hablar de la historia de Artemisa sin mencionar la singular Angerona, inspiración de artistas, pintores, grabadores y escritores. Jorge Véliz arquitecto de profesión se dedicó a visitar el lugar durante dos meses, observó cada detalle de las ruinas y logró rescatar el diseño original con el uso de tecnología 3D, hoy expone al mundo la majestuosidad de Angerona en aquella época.

Así son reveladas las imágenes del esplendor de Angerona en la primera mitad del siglo XIX, este arquitecto nos devuelve una Angerona viva… más de 200 años después. Aún quedan historias guardadas en la solitaria y misteriosa Angerona, aquí dónde hay rastros perennes de otros mitos y leyendas…