La competencia de su vida

Ya antes había estado allí. Otras veces disfrutó la brisa de la bahía y el orgullo de conquistar premios en eventos a mar abierto o en piscinas de curso corto.

Ahora la bahía sintió el fuerte calor de las llamas, por la explosión de la base de supertanqueros de combustibles. Ahora no fue en bicicleta. En lugar de licra, pulóver y zapatillas para pedalear, o nadar en la piscina y el mar, se vistió de rescatista. Se puso la coraza de héroe, para salvar vidas poniendo en peligro la suya. La Cruz Roja lo llamó y dijo presente.

Arribó con la certeza de vencer. No había medallas como recompensas, pero sí el amor de un pueblo que agradece, la unidad y el compañerismo de una tropa de artemiseños en que Yoinel es el único deportista.

Así son nuestros atletas. Solidaridad a prueba de fuego la de Yoinel, representante del deporte artemiseño en esta batalla, campeón de la voluntad y el humanismo en la competencia de su vida.

Tomado de ElArtemiseño.