Allyson Felix, la reina del óvalo

Le sucede a la estadounidense Allyson Felix, quien antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020+1 ya merecía un lugar en esta sección. Pero ella no se conformaba con compartir la cima del atletismo mundial: quería ser la reina absoluta; para eso desafió a la naturaleza y a la mismísima Nike.

Durante la magna cita Felix fue noticia, no solo por convertirse en la mujer con más preseas del atletismo, y en la atleta –sin distinción de sexo- con más metales alcanzados en la pista (11), sino sobre todo por su hazaña de regresar a la élite con 35 años, tras ser madre y luchar por conseguir patrocinador para asistir a Tokio.

Allyson Michelle Felix nació el 18 de noviembre de 1985 en Los Ángeles, California. Desde bien joven despuntó como una promesa del atletismo. En 2001 se proclamó campeona del mundo juvenil de los 100 metros, y en los Juegos Panamericanos de 2003 logró el bronce en los 200, cuando aún no cumplía 18.

Después llegó la hora de impresionar al orbe en los Juegos Olímpicos de Atenas’04, donde obtuvo medalla de plata en 200 metros, con récord mundial juvenil incluido. Había nacido una estrella: tenía la peculiaridad de brillar en dos pruebas tan distintas como los 200 y los 400 metros planos, y cosechar buenos resultados en los 100.

Así comenzó la historia dorada de Allyson, ensanchada en Beijing’08 con otro segundo lugar en el doble hectómetro y el título en el relevo 4×400. Esa historia tuvo su clímax en Londres’12, cuando conquistó títulos en los 200 y en los relevos, tanto el 4×400 como el 4×100.

Cuatro años más tarde, en Río de Janeiro’16, volvió a subir a lo más alto del podio olímpico como integrante de las dos postas del relevo estadounidense, y sumó otra medalla de plata, esta vez en los 400.

Durante esos años se había cansado de coleccionar preseas en los Campeonatos Mundiales, con 12 años de intervalo (Helsinki 2005-Londres 2017). Felix logró 16 preseas en esas citas: 11 de oro, tres de plata y dos de bronce, repartidas en sus cuatro eventos.

Tras el mundial de Londres 2017 llegó Camryn -su hija-, y ahí comenzó otra batalla que la convertiría en una atleta aun más grande. Diez meses después de dar a luz participó en la cita universal de Doha, donde ganó su decimosegundo título en la recién estrenada prueba del relevo 4x400m mixto; además, le dio la clasificación a la posta del 4×400 femenino, a la postre campeona.

En Tokio, Felix terminó de escribir su leyenda en las pistas por todo lo alto: se llevó el bronce en los 400 metros y quebró el empate a nueve preseas olímpicas con Merlene Ottey. A continuación se despidió como la más grande, cuando la posta de su país ganó el 4×400 femenino.

Allyson Felix no es un ejemplo de gran atleta solo por sus triunfos y medallas. Su historia de superación y la defensa del derecho a la maternidad de las mujeres deportistas, la convierten en una gran campeona dentro y fuera de la pista.

Tomado de ElArtemiseño.