Científicos determinan cuándo aparecieron las primeras criaturas con cuatro extremidades

Uno de los hitos más importantes de la evolución de la vida en nuestro planeta fue la transición de las especies de los océanos a la tierra. Este es una cuestión que durante años ha fascinado a los científicos y ha generado múltiples teorías sobre cuándo y cómo ocurrió exactamente dicho proceso.

El pasado 23 de agosto, dos investigadores de la Universidad de Harvard (Massachusetts, EE.UU.) publicaron un estudio en la revista Nature Ecology and Evolution en el que aseguran haber obtenido una estimación muy estrecha del tiempo en que se originaron los tetrápodos: concretamente, hace unos 390 millones de años.

Tiago Rodrigues Simões, uno de los autores del estudio, explica que se sentía intrigado sobre por qué las primeras huellas fósiles conocidas de tetrápodos eran al menos 15 millones de años más antiguas que cualquiera de los fósiles de tetrápodos que se han encontrado hasta ahora.

Simões y su colega, la doctora Stephanie Pierce, decidieron poner en práctica una herramienta metodológica llamada ‘relojes morfológicos’ para intentar aclarar este misterio. Esta técnica, derivada de análisis evolutivos y epidemiológicos que utilizan datos moleculares, proporciona un valioso enfoque para comprender cómo las especies extintas o vivas se relacionan entre sí, sus tiempos de origen, patrones de diversificación y tasas de evolución fenotípica de manera integrada.

Los investigadores encontraron que los primeros tetrápodos aparecieron 390 millones de años atrás, «cerca de la edad de las huellas más antiguas conocidas». Sin embargo, de acuerdo con Simões, dichos resultados sugieren que «esto no se debe al escaso potencial de conservación de los fósiles, sino a las tasas excepcionalmente bajas de diversificación de especies en los tetrápodos y sus parientes más cercanos». Simões agrega que tasas tan bajas de diversificación produjeron tan pocas especies que vivieran en ese período de tiempo que, incluso con una tasa constante de preservación y recuperación de fósiles, había «una probabilidad muy baja» de que esas especies pudieran conservarse como fósiles.

Evolución acelerada

Por otro lado, los científicos también descubrieron que el linaje que condujo a los tetrápodos experimentó ritmos de evolución mucho más rápidos que los de sus parientes acuáticos cercanos.

«Los ritmos de cambio morfológico en el cráneo durante el ascenso de los tetrápodos fueron significativamente más veloces que los ritmos de cambio en el resto de su esqueleto desde el cuello hacia abajo», señala Simões. «Esto puede parecer contradictorio porque cuando se menciona la transición pez-tetrápodo solemos pensar en cambios desde el cuello hacia abajo, como el desarrollo de las extremidades».

No obstante, las extremidades necesitaron millones de años más para desarrollarse, y la comunidad científica aún carece de respuestas fehacientes sobre por qué el cráneo evolucionó mucho antes que estas.

«¿Por qué una brecha tan larga entre el origen del grupo con innovaciones evolutivas clave y su éxito taxonómico como linaje? Este es un patrón que hemos estado encontrando con otros linajes de vertebrados en los últimos años en diferentes escalas de tiempo», subraya Simões, y concluye que responder a esta pregunta es ahora uno de sus principales intereses de investigación, que «definitivamente requerirá mucho más tiempo y análisis».

Tomado de RT.