El boulevard artemiseño

-No te lo puedes perder- me decía mi amiga.

-Es que estoy cansada y tengo tareas que hacer-repliqué

-Te prometo que no te vas arrepentir-insistió

No tuve opción y le dije a mi mamá- arréglate que nos vamos….

A la entrada del boulevard artemiseño me esperaba mi amiga.

¿Traes el móvil? Pues a tirar fotos, ¡mira qué belleza!

Parecía que los ojos se me salían al ver tanto ajetreo. La corporación CIMEX puso en el portal del Café Cubita aparatos para los niños más pequeños, toda la esquina del Dinos Pizza estaba bloqueada con un inmenso inflable donde los niños saltaban, bailaban, y todos al mismo tiempo querían subir. En la Segunda cuadra de nuestro boulevard, La Chocolatera, La Casa del Lácteo, La Escuela de Culinaria… y la música  invitaba a bailar.

Tenía que pedir permiso para tomar algunas fotos, la gente se veía feliz, conectados con el mundo a través de la Wifi, bailando, enamorándose.

Llegué al fin a la calle Céspedes (para los mayores) o 27 para los más jóvenes y allí estaba la cola para el Coppelia, sabores varios, la familia disfrutaba, los amigos, pero lo más que me llamó la atención fue ver cómo el aula de Joven Club la cual yo había dado cobertura en su inauguración estaba llena, todas sus máquinas ocupadas. Los especialistas atendiendo las personas que iban a buscar su mochila para actualizarse o el antivirus. Sentí un gran alivio verla llena y niños esperando para sentarse a jugar o conectarse, y la música seguía, la gente bailaba, y yo, feliz, agradecida que mi amiga Ana me llamara incesantemente para que disfrutara de mi boulevard, tú boulevard, porque es el de todos los artemiseños.

La semana que viene les cuento más de nuestro boulevard para que te sientas, más cerca de Artemisa.