Con todas las fuerzas, ¡rescatemos el río Ariguanabo!

Las nuevas imágenes me llenaron de esperanza. También a muchos que suspiran por el sitio donde solían tirarse fotos, llevar a sus niños a bañarse y nadar, pasear en bote o solo sentarse a disfrutar el encantador paisaje.

Surcado por el Río Ariguanabo, San Antonio de los Baños y su pueblo deberían agradecer a este afluente, incluso el gentilicio. Puedo memorizar pedazos de historia, aprendidos cuando muy joven me iniciaba en la radio y quería saber cada detalle de su cultura y tradición.

Entonces supe que los moradores de la villa tuvieron la fuerza de la palabra para transformar a San Antonio Abad en San Antonio de los Baños, sin que mediara documento legal.

Las causas no se pueden desligar del surgimiento de la taberna del Tío Cabrera, en 1775 y los baños de recreo de La Represa, según se registra, allá por 1839, cuando el poblado era punto de descanso para comerciantes, monteros, muleros, remeros o tabaqueros, incluso para vacacionistas que venían en verano al río a refrescar el intenso calor. Así de importante es este recurso natural para nosotros.

Sumido en el olvido

Los reclamos por el rescate del río comenzaron hace muchos años; ya no recuerdo con exactitud. Me atrevo a asegurar que más de 25, por la edad de mi hijo veinteañero, quien nunca ha podido sumergirse en las aguas del Ariguanabo.

Desde antes se hablaba con fuerza de la contaminación, y luego comenzó a robarle espacio la vegetación, que en los últimos tiempos cubre con su verdor toda la superficie.

Daniel Romero, vecino de La Loma, cuenta con nostalgia cuán feliz fue su niñez en el río. En las laderas, próximo a La Quintica, había monos con los que solía pasar horas. “No sé qué ocurrió con ellos. Tampoco le puedo decir el destino de las lanchas y botes que —por un precio módico— nos paseaban de una punta a otra. La verdad, no sé en qué momento ni por qué motivo permitimos que nuestro río se pusiera en este estado”.

Mientras comenta apesadumbrado, no quita la mirada de un bote operado por trabajadores de Aprovechamiento Hidráulico, que retiran la vege-tación f lotante en el tramo del embarcadero.

Manos en el Ariguanabo

Esa mañana de martes llegaron muy temprano. Eran seis hombres, un imponente Kamaz timoneado por el joven Jesús Adrián Figueredo, una retroexcavadora manipulada por Rodolfo Chirino y dos remeros, en tanto otros dos tiran de una cuerda, como orientando el curso de la espesa vegetación ya extraída.

Leandro Cruz, uno de los conductores del bote, asegura que esta labor la han realizado con anterioridad, no solo allí sino también en el Dique Sur, en presas y embalses de toda la provincia. Pero, ¿serán estas acciones el inicio de una solución definitiva para el Ariguanabo?

Elementos de conflicto

El saneamiento del río debería ser planificado como sistema de trabajo, con acciones permanentes y no como tarea de choque de poca durabilidad.

Niurka Rodríguez Cordero, directora provincial de Recursos Hidráulicos, asegura que cada semana un grupo de expertos llega a San Antonio de los Baños para chequear el programa integral de la Cuenca Ariguanabo, y allí analizan con las entidades que constituyen los principales focos contaminantes sus planes de medidas y qué hacer para erradicarlos.

Sucede cada 15 días en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. Una brigada va eliminando parte de los residuos. Se involucran el Citma, la Fundación Ariguanabo, el Cuerpo de Guardabosques y los especialistas de Proyecto Habana que intentan alternativas para independizar el abasto de agua a la población.

Pero el afluente actúa como un hidropónico porque cuenta con la materia y los fertilizantes necesarios para el desarrollo pleno de la vegetación, análisis que hacemos con Javier Yraola Rodríguez, miembro de la Fundación Ariguanabo y profesor de la Facultad de Geografía de la Universidad de La Habana.

“Por primera vez no logro ver el fondo desde las compuertas”, expresa preocupado el especialista. “Hay que dragar y eliminar fuentes contaminantes. La agricultura debe valorar un cambio de uso de los suelos, pues los fertilizantes van a parar a la parte más baja de la cuenca y se crea un sedi-mento con vegetación no acuífera, que germina, hecha raíz y crece.”

Medidas perdurables

A propuesta de la Fundación Ariguanabo, las principales acciones a realizar incluyen la ejecución de un proyecto de tratamiento de aguas residuales, que prioriza el foco contaminante al final de la calle 68, entre El Bosquecito y La Quintica.

El diseño del sistema de filtros cuenta con un tanque séptico de tres tapas y dos canales de diversos materiales. Similar proyecto se concibe en el sector urbano del afluente, para disminuir la carga contaminante que llega a la Cueva del Sumidero y afecta los acuíferos aguas abajo.

Es preciso también eliminar los microvertederos de sectores periurbanos y entre otras propuestas, se requiere una maquinaria que garantice, de manera eficiente, la recogida de vegetación del río, así como reforestar los alrededores para disminuir los arrastres de sedimentos hacia el cauce.

Paisaje Natural Protegido

Con el visto bueno del Gobierno Provincial, ya está en manos del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros la propuesta para declarar a este recurso Paisaje Natural Protegido. Esto debe permitir un estatus legal para el desarrollo de determinadas acciones. Quizás sea el impulso necesario, para pensar como un asunto bien serio el rescate de un río que es cultura, tradición, historia, desarrollo económico y pasión.

Tomado de ElArtemiseño.