Asesinan a Carlos Bastidas

Carlos Bastidas Argüello, estudió periodismo en los EEUU, cubrió los acontecimientos de Hungría en 1956 y, como enviado especial de distintos periódicos del Ecuador, asistió a las caídas de los dictadores Gustavo Rojas Pinillas en Colombia, y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela. Vinculados a movimientos democráticos y progresistas de Ecuador, defendieron a los indígenas, los pobres y los excluidos.

 

Más tarde llega a La Habana y establece vínculos con el Movimiento 26 de Julio para su arribo a la Sierra Maestra, donde entrevistó a Fidel.

 

El joven periodista colaboró con la incipiente Radio Rebelde y mientras permaneció en el territorio liberado por las guerrillas se identificó ante los oyentes de la emisora rebelde como “Atahualpa Recio”, el inca que resistió a los colonialistas españoles.

 

De regreso en La Habana, Bastidas fue asesinado el 13 de mayo de 1958, en un bar de Prado y Neptuno, donde el reportero esperaba un contacto con el Movimiento 26 de Julio, en vísperas de su partida de Cuba. Lo mataron los mismos agentes batistianos que participaron en la muerte del dirigente político Pelayo Cuervo Navarro, el 13 de marzo de 1957.

 

Los restos de Carlos Bastidas Argüello descansan en el Panteón de los Mártires de la Independencia, en la Necrópolis de Colón, donde también reposan los combatientes internacionalistas caídos en Angola, desde donde su ejemplo, lealtad y altruismo constituyen siempre pilares imprescindibles para los profesionales de la prensa cubana.