Los CDR y sus misiones irrenunciables

San Cristóbal recibió la visita del secretariado nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), con el objetivo de evaluar el funcionamiento de la organización en esta localidad.

En primera instancia, Julia Ileana Durruthy Molina, Vicecoordinadora Nacional de los CDR y la coordinadora provincial, Ania Thompson Blanco, intercambiaron con coordinadores de zona y presidentes de base, en la sede de la organización.

Entre los temas fundamentales trascendieron: las reservas de cuadro, el rescate de la propaganda popular, el programa de donaciones de sangre y la actual Jornada por el día del donante.

Además, la pertinencia de depurar y fortalecer el movimiento juvenil, la correcta captación de líderes comunitarios para capacitarse en las escuelas de cuadros, fortalecer la dirección provincial, el trabajo con los miembros no profesionales y una política de cuadros que no podrá buscar únicamente completar plantillas.

Asimismo, recomendaron el Intercambio de experiencias con otros municipios.

Sobre las donaciones de sangre esclarecieron que la jornada del donante concluye el día 14, pero el programa es permanente e imprescindible. Hay que cambiar las formas de convocar y organizar mejor para lograr buenos resultados.

La situación económica del país es compleja y genera crisis, por tanto, la vigilancia es cada día más importante y debe atender a intereses estratégicos en el momento de diseñar las guardias cederistas para combatir el delito. Ello incluye convenios con el Ministerio del Interior (MININT).

Mejorar los indicadores de manera integral, fue un llamado en este municipio.

Más tarde, se produjo un Intercambio en el banco de sangre con el personal médico involucrado en el proceso de donaciones.

Se señaló como causas de las insuficiencias, la falta de convocatoria, la logística y otras, aclararon que por escasez de bolsas no se dejan de hacer donaciones; siempre se gestionan y están disponibles. La necesidad principal es de voluntarios.

Este es un banco provincial, ubicado en un hospital de 440 camas que genera muchísima demanda. La evaluación al funcionamiento del programa tiene que ser rigurosa y tributar a soluciones inmediatas.

El protagonismo sigue siendo del médico y la enfermera de la familia y la dirección de los CDR en las comunidades. No puede conformarse nadie con las donaciones dirigidas de familiares y conocidos a pacientes.

El programa está sustentado en un presupuesto y la salida del móvil no puede fallar, aunque en San Cristóbal no sea esta una causa de los incumplimientos, sí existen preocupaciones por problemas con la merienda de los donantes, inadmisibles en un programa priorizado como este.

Garantizar la hemoterapia es complejo en la actualidad y se advierte: es vida lo que hay que garantizar. La articulación y la comunicación entre Salud y los CDR tienen que ser constantes.

La urgencia y la emergencia médicas no esperan y precisan de un esfuerzo mayor para mejorar la gestión y los resultados.

Hubo también reconocimiento a los trabajadores de la salud que no se cansan de buscar y encontrar alternativas y trabajan a diario por el bienestar de la población.

Al cierre, surgió el diálogo con una de las pacientes que reciben tratamiento en el servicio de oncohematología y sus familiares.

Las hijas de Hilda Caridad García Fernández refirieron que su madre necesita la sangre sistemáticamente desde hace más de seis mases, a causa de un diagnóstico de Mieloma múltiple.

Hasta ahora la mayoría de las donaciones recibidas fueron dirigidas de familiares y amigos, pero reconocen que no siempre hay tiempo para planificar algo tan necesario y en el banco es compleja la situación porque las urgencias también demandan sangre.

Una de las hijas de Hilda es laboratorista en el municipio de Candelaria y conoce de cerca el funcionamiento, sabe que los donantes manifiestan desmotivación, lo que se debe revertir de inmediato. Rescatar, sobre todo, la voluntad, es tarea de muchos.

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