Campoamor: el hotel que respira historia en el corazón rojo de Artemisa +(Fotos)

En la esquina donde los latidos de Artemisa son más fuertes, donde el bullicio de la Villa Roja teje su rutina diaria, se alza un testigo silencioso de más de un siglo, el Hotel Campoamor.

No es solo ladrillo y memoria; es un sueño español hecho realidad en 1911 por la visión de Fernando González Campoamor.

Hoy, tras las inevitables huellas del tiempo y mutaciones arquitectónicas, conserva intacta su esencia: seguir siendo refugio, punto de encuentro, casa abierta.

El mismo propósito social que le dio vida late aún en sus pasillos. Pero el Campoamor no es un hotel cualquiera. Hubo una época –dorada, vibrante, intelectual – en que sus salones fueron el epicentro de la cultura artemiseña. Hasta los efervescentes años sesenta, este emblemático edificio no solo alojaba viajeros; respiraba arte, debate y bohemia.

Su vestíbulo y salones acogieron lo más granado de la intelectualidad local, convirtiéndose en taller de ideas y escenario de tertulias inolvidables.

Fue faro cultural en una ciudad que ya destilaba carácter propio. Por eso, más que un hotel, el Campoamor es para los artemiseños un símbolo tallado en el alma de su ciudad.

Representa la elegancia perdurable, la historia viva, el orgullo de una identidad cultural rica. Es una de esas edificaciones que define el paisaje urbano y emocional de Artemisa, un emblema indiscutible de la Villa Roja.

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