Aclarando dudas después del  primer caso de viruela símica

Recordemos que, casualmente, el brote de la Covid 19 empezó en Cuba con tres turistas italianos y, noticias recientes confirman que el primer caso de la enfermedad en el archipiélago proviene del mismo país.

Aclaro, ninguna persona es responsable de la aparición de una enfermedad, nadie busca contagiarse a propósito y, mucho menos, hacer padecer a otros el mismo camino.

¿Qué es la viruela símica o viruela del mono?   

La viruela símica o viruela del mono es una zoonosis vírica, básicamente, significa que es un enfermedad viral transmitida de animales hospederos a personas. Constituye una variante similar a la viruela erradicada en 1980, aunque menos contagiosa y procede de un virus de ADN denominado Monkeypox. Autóctona del continente africano, de las selvas ubicadas en las regiones centrales y occidentales de la región. Donde se detectan dos variantes: el caldo centro africano de la cuenca del Congo (el más grave y transmisible) y el caldo de África occidental, siendo hasta la fecha Camerún, el único país que registra la tenencia de ambas variantes.

Origen de la enfermedad

El agente patógeno fue detectado por primera vez en 1958 en unos simios estudiados en un laboratorio de Dinamarca, de ahí el origen de su nombre. La primera transmisión de animales a personas fue constatada en la República Democrática del Congo, teniendo por paciente cero a un niño de nueve años. A partir de ahí se confirmaron varios casos en 11 diferentes países del continente negro donde el virus es endémico, brotes aislados con tasa de letalidad baja por períodos intermitentes de aparición y desaparición sin afectar a un número muy grande de personas.

El primer caso fuera África se oficializa en Estados Unidos de América, en el año 2003, producto a un sujeto que mantuvo contacto con unos perros de praderas transportados desde Ghada en conjunto con otros animales infectados.

En el 2017, ocurre el primer brote grande con más de 500 casos sospechosos en Nigeria y a inicios del 2022 se reporta su aparición en varios países europeos y con posterioridad, en el continente americano.

Hace solo un mes, el 23 de julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró estado de emergencia sanitaria internacional por la existencia de más de 16 000 casos en 75 países.

Aunque se conoce como viruela del mono, también son hospederos de la enfermedad animales como roedores, ardillas listadas, lirones enanos africanos, perros de pradera y primates no humanos.

Cuadro clínico

El período de incubación dura en situaciones normales de 6 a 13 días; aunque se registran casos de intervalos entre la infección y la aparición de los síntomas de 5 a 21 días.

Importante señalar que la viruela del mono no es tan infecciosa como la Covid 19 o la viruela común. No se considera una enfermedad altamente contagiosa pues requiere de un contacto físico cercano (piel con piel) con personas infectadas. Tiene dos períodos de infección.

La primera etapa o período de invasión se extiende del día cero hasta pasados los cinco días, aparecen síntomas como fiebre, cefalea intensa, dolor lumbar, escalofríos, agotamiento, fatiga muscular, congestión nasal, tos e inflamación en los ganglios linfáticos (este último elemento es lo que diferencia de la viruela común), todos síntomas similares a los de la influenza.

El segundo período, puede ocurrir en el rango del primer al  tercer día posterior a la aparición de la fiebre. Se caracteriza por una erupción cutánea que evoluciona en varios ciclos: de máculas (lesiones con base plana) a pápulas (lesiones firmes ligeramente elevadas), vesículas (lesiones llenas de líquido claro), pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) y costras particularmente infecciosas que se secan y se caen. La aparición del sarpullido es común en el rostro, el torso las palmas de las manos, las plantas de los pies, boca, ojos y en los genitales.

¿Cómo se transmite el virus?

La viruela del mono puede transmitirse por contacto físico cercano con una persona contaminada, ya sea por secreciones respiratorias, líquidos corporales, pus, sangre de heridas infectadas y lesiones cutáneas.

En el caso de las gotículas requiere que el contacto sea cara a cara con prolongación para que ocurra la infección. También la propagación puede darse por la relación directa con ropa, juegos de cama, toallas o utensilios de uso personal contaminados.

En el particular de las embarazadas, las madres pueden infectar al bebe por medio del cordón umbilical de la placenta. Y, en el caso de la transmisión por vía sexual aclarar que, no existen evidencias que corroboren su transferencia por medio de las secreciones sexuales, sino que esta se debe al roce directo con las pústulas cutáneas.

Tratamiento y prevención

La tasa de letalidad actual de la enfermedad es del 3% al 6%, lo que indica que no es una enfermedad tan grave y es menos contagiosa que el brote erradicado de la viruela en 1970, incluso, en la mayoría de los pacientes los síntomas desparecen por sí solos sin necesidad de tratamiento. Aunque, es primordial acudir al médico en cuanto aparecen los síntomas, así evitamos la propagación y una posible complicación del cuadro clínico por enfermedades de base que agraven el padecimiento.

Estudios de observación muestran un 85% de eficacia de la vacuna de la viruela concediendo cierta inmunidad y haciendo los síntomas más leves, pero hasta la fecha no existe un fármaco que prevenga en contagio y garantice cura.

Los niños y los pacientes con enfermedades inmunitarias son más propensos a contraer la enfermedad y a desarrollar cuadros clínicos delicados y el personal de salud por estar expuesto directamente. 

La mayoría de los procedimientos estipulan el consumo de líquidos y una adecuada nutrición, el empleo de vendajes húmedos en las aéreas cutáneas infectadas de ser necesario, el uso de retrovirales y el empleo de enjuagues bucales (en el caso de yagas en la boca) que no contengan ningún derivado de la cortisona.

Para prevenir la propagación entre humanos se recomiendan el lavado sistemático de las manos, la desinfección de áreas expuestas a personas contagiada y el uso de mascarillas y guantes al tocar ropas y juegos de cama pertenecientes a estos sujetos.

En el particular de la transmisión humano-animal se recomienda evitar el contacto con especies pertenecientes a las familias hospederas u animales portadores y, el consumo de sus carnes con la adecuada cocción.

Finalmente, quizás la duda de muchos sea ¿por qué si la tasa de letalidad es baja y la propagación menos lenta que la Covid 19 se declara el estado de  emergencia? La respuesta es simple, porque en la gran mayoría de los casos actuales se desconoce la fuente de contagio, no se tiene noción de que los pacientes hayan tenido contacto con especies de los países endémicos o hayan viajado a estos. Además, siempre es bueno prevenir a tiempo.

La pandemia enseñó a todas las naciones a prestar la debida atención para no lamentar en un futuro la pérdida de vidas humanos. Con lo anterior solo resta señalar que, las autoridades cubanas y el Ministerio de Salud Pública implementan una serie de medidas para prevenir el contagio y la propagación a escala masiva y que, por su parte corresponde a cada ciudadano no automedicarse, acudir a tiempo al doctor y respetar los protocolos establecidos porque son para garantizar su propia seguridad.