Un ejemplo para todas las mujeres rurales

Sucedió así el pasado lunes en el teatro de la comunidad “Las Terrazas”, donde se estrenó, bajo la dirección de Onelio Borroto y la producción de Mundo Latino, el documental titulado “Eloísa”, el cual narra la historia de una mujer que se levanta todas las mañanas con el cantar del sinsonte para trabajar la tierra que fue una horda de marabú y hoy es la finca “La caléndula”, situada en la Sierra del Rosario, donde además de la planta que lleva su nombre podemos encontrar manzanilla, aloe, llantén, flor de Jamaica, romerrillo, orégano y muchas otras con propiedades medicinales; así como plantas ornamentales y diversas variedades de frutales.

 

En 14 minutos, la protagonista del documental comenta que en un inicio no se confió en sus capacidades para transformar la tierra por el hecho de ser mujer; pero gracias a la ayuda constante de sus hijos pudo mostrar el fruto de su sacrificio y hoy ya cuenta con el apoyo de varios proyectos.

 

Luego de la premier del documental se realizó un panel de debate en el que participaron Maritza García García, Directora de la Agencia de Medio Ambiente; Lázara Sotolongo Molina, coordinadora nacional del proyecto “Conectando paisajes”, Leliet Fellobé, coordinadora provincial de dicho proyecto, Yanisbel Sánchez Rodríguez, Directora del Proyecto COBARB y, la propia Eloísa. Se habló de la necesidad de resacatar la agrobiodiversidad o diversidad agrícola; de la importancia de implicar y conectar a las personas más allá de los paisajes; y del ejemplo que representa Eloísa para todas las mujeres rurales, a quienes les pidió no abandonaran nunca el lugar tan hermoso que la naturaleza les ha regalado: la tierra. Asimismo agradeció a las autoridades presentes y a cada una de las personas que la ayudaron hacer germinar sus semillas.

 

Por último, Eloísa Bocourt Vigil, nos encaminó por el trillo de “La Caléndula” y entre pequeñas lágrimas nos enamoró con las propiedades medicinales de la menta, la guacamaya, el ponosí, el gisaso de caballo y de muchas otras especies. Finalmente el paseo culminó con sonrisas, jugo de naranja y un “nos veremos pronto Eloísa”.