Aleación de almas por un mundo mejor

Estos jóvenes tuvieron a bien fecundar sus visiones, y cada aporte estético halló el perfecto ensamble porque se trata de un libro que nos habla al corazón.

El lenguaje de los hierros del bautense, reiterados en diferentes posiciones para mostrar que el ser humano puede escoger caminos diferentes y que conceptos y culturas, supuestamente distintas, se arman de la misma esencia, halla la extensión justa en los versos de la güireña.

Consiguen equilibrio. Complementan sus líneas discursivas y nos ofrecen la textura de una obra no armada por piezas sino de gran unicidad conceptual.

Encuentran los autores la alquimia precisa para no afectarse mutuamente. La vocación de ambos es el fin que persiguen. Esta vez sí justifica los medios porque se trata de un mensaje de amor. Hierro y poesía juega incluso al contraste, a la sorpresa. El poema nos acaricia el corazón mientras la instantánea nos revela lo originario y hosco de la actual coyuntura mundial.

Otras veces el verso se vuelve rudo y en la foto apreciamos un gesto suave, una colocación curiosa. La mixtura es siempre agradecida por los sentidos porque el poemario es precisamente eso: Un juego de los sentidos. Más allá de la vista, el oído o el tacto, Hierro y poesía apuesta por el sentido de la responsabilidad, de la justicia, de la humanidad, de la convivencia.

Busca en quienes se acercan lo mejor del ser humano y nos hace mirar hacia ese horizonte otro, desde donde también podemos apreciarnos en el entendimiento de esa aldea única e interconectada que es el mundo contemporáneo. La pandemia logró sacar lo mejor de estos autores, insumisos del silencio que no cedieron al apagón cultural vaticinado por algunos incrédulos en la fuerza del arte.

Por el contrario, Denys y Dimarys se han entregado a la faena de curar miserias, de sanar en lo posible esta herida de los abrazos. Sus voces se levantan desde las redes en defensa de lo legítimo y verdadero. A veces con poesía, a veces con hierro. A veces contenidos y conciliadores. Otras con la pasión del que defiende su trozo de lienzo o de papel. Mejor aun, cuando esta vez acopian juntos este regalo para lectores y consumidores de lo bueno.

Ya se escuchan sus ecos por el mundo. Ya se oyen los aplausos a esta iniciativa. Ojalá pueda el hombre tender la mano al semejante con fuerza igual a la que enuncia la aleación de estas almas. Así lograríamos ese mundo mejor al que aspiramos todos.

Tomado de ElArtemiseño.